lunes, 27 de agosto de 2012

Las primeras llamadas...

     Buenas tardes, mi nombre es Debora. ¿En que lo puedo ayudar? ¿Tiene inconvenientes con este blog? Aguarde un momento, termine de leer y deje su queja al final del texto.

       ¿Como están? ¿Se divierten en este Lunes tan lindo? No se como estará el clima en sus ciudades, pero acá en Resistencia hay un sol hermoso y hace tanto frío que dan ganas de sentarse a tomar mate en el patio. 

     Pero no todo el mundo es tan ameno y pacífico. NO. Hay quienes sienten la necesidad de llamar a Atención al Cliente todo el día y por motivos que son hasta risibles.

       En este día quiero contarles como fueron mis primeras llamadas durante la capacitación. Van a coincidir conmigo que no es nada fácil atender la primer llamada con esa maraña de nervios y miedo que provoca la idea de no saber si el cliente que vamos a atender nos va a preguntar su saldo o nos va a pedir un detalle minucioso de los consumos que hizo desde su primer factura en el año 1997. En fin, voy a trasladarlos hasta ese día en que atendí las primeras llamadas. Intentaré hacer que sientan lo que yo sentí.

     Era un Martes, nos llevaron a las "plataformas" (donde están todas las máquinas y los asesores atendiendo) a que empezáramos a conocer como se manejan los sistemas para atender las llamadas. Estuvimos practicando entre nosotros alrededor de 3 horas. Luego de un descanso de media hora volvimos a la plataforma y el capacitador dijo: "Pónganse de a dos y empiecen a atender".

     La sangre se me agolpó en los cachetes, empecé a transpirar como nunca, me temblaban las manos, tenía miedo de atender la llamada y que fuera un cliente furioso pidiendo hablar con mi supervisor. Pero valientemente le dije a mi compañera que iba a atender yo primero. Me puse el auricular y apreté el botón rojo que detona la bomba atómica.

     Sinceramente no recuerdo cual era el problema de la primer persona que atendí. Estaba nerviosa y me costó muchísimo entender lo que la cliente estaba solicitando. Por lo menos recuerdo que era una mujer y que era algo relacionado con su tarjeta de crédito. 

     Con la ayuda de un grupo de asesores que estaban con nosotros le pude dar la solución a esa persona. Pero ni bien corté la llamada entró otra...y otra...y no tenía ni un respiro. Sudaba la gota gorda de los nervios. Finalmente le pude dar el auricular a mi compañera para que ella atendiera también.

     Luego de unos minutos me animé y quise seguir atendiendo. Cambiamos de lugares con mi compañera y atendí la llamada que mas me afectó en todo este tiempo. Ojalá la hubiera dejado a mi compañera que siguiera atendiendo...

     Atendí y era un cliente que no sabía porque su factura era tan alta. Me fijo y era porque tenía el famoso "Cargo de reconexión del servicio". Lo dejo en espera y consulto con los asesores que estaban ayudándonos. El cargo correspondía que se cobre, y lamentablemente tenía que comunicarle esto al cliente. Desde que lo retomé hasta que terminó la llamada fue un solo grito. El cliente me acusó de mala asesora, me dijo que yo no sabía nada, que el servicio era una mierda dejaba mucho que desear, que iba a ir a defensa del consumidor y que iba a llamar de nuevo para que lo atienda alguien que sepa mas que yo.

     Le faltó desearme un buen fin de semana. Recuerdo que me agarré la cara con una mano desde que comenzó el griterío hasta que el cliente cortó la llamada. Entró otra y no pude atender. Le di el auricular a mi compañera y me moví de la silla. Me temblaba todo el cuerpo, sentía que me ardía la cara y no pude hacer nada mas que llorar.

     Otras compañeras me animaban a que me reponga, que no llore y que no deje que el capacitador me viera llorando porque no me iba a aprobar la última instancia de la capacitación. Pero no lo podía evitar, siempre me afectaron los gritos de las personas, siempre me dieron pánico las confrontaciones y las discusiones a los gritos.

     Terminó el día y solo pensaba en que no lo iba a lograr. Pensaba que así iban a ser todas las llamadas y que no iba a conseguir la aprobación del capacitador. Llegué a mi casa destruida, cansada psicológicamente, contracturada y dudando de mi capacidad para el trabajo.

                   Ahora que pasó mas tiempo agradezco a ese cliente que me deseó un buen día en mi primer día atendiendo. Gracias a eso hoy no me afectan los gritos ni las amenazas de cartas a documento.

     Bueno, suficiente por hoy. Espero que mi relato los haya hecho sentir un poco el dolor que sentí yo. Personalmente aprendí a tratar bien a la persona que me atiende del otro lado del teléfono, ya que vivo en carne propia las malas experiencias y reconozco que no es un trabajo fácil.

     Por otro lado quiero felicitar a aquellos asesores que gestionan hace años y que les gusta el trabajo, porque ellos son los que realmente hacen honor al nombre "Atención al Cliente".

     Si quieren dejarme sus comentarios al final del texto...serán bienvenidos y respondidos a la brevedad. Gracias por leer este blog. Que tengan buenas tardes.

domingo, 26 de agosto de 2012

Un comienzo...

     "Buenas tardes, mi nombre es Debora. En que lo puedo ayudar?".  Así comienzo mi día a día laboral y lo repito tantas veces que deja de tener sentido y se vuelve monótono. A tal punto que llega un momento en el que ya ni me doy cuenta de lo que digo y termino hablando rápido como esas propagandas de las radios.

     Éste blog tiene la intención de mostrar un poco como es la vida diaria de esa persona que tan gentilmente atiende cada reclamo que todos tenemos como usuarios de telefonía celular.

     Debo confesar que yo ni imaginaba como era el sistema de "Atención al cliente". No sabía en que horarios iban a atenderme o hasta que hora podía llamar. No sabía como hacían para saber los datos de la línea o como solucionar cuando les decía que no podía entrar a internet. Pensaba que se limaban las uñas o tomaban mate (o tereré) mientras yo sufría por el problema con mi línea.

     La verdad que cuando una se encuentra sentada del otro lado y con la responsabilidad de resolver el problema del cliente, es muy obvio que el trabajo no es fácil y no es para cualquiera.

     Hoy quiero contarles como fue que llegué a ser esa vocesita molesta que encuentran cuando llaman a Atención al cliente.



Aprendiendo el oficio

     Primero quiero aclarar que por cuestiones legales no puedo dar mucha información sobre la empresa que me contrató o como son los sistemas que manejo diariamente. De igual manera puedo contar un poco como ingresé a este rubro.

     Mi primer entrevista en un Call Center fue en la empresa Allus. Tuve dos entrevistas y la segunda no la aprobé. Intenté nuevamente en la misma empresa y terminé con los mismos resultados. Pasé un tiempo odiando a todos los Call Center del mundo, hasta que vi un aviso en mi correo de que la empresa Atento solicitaba aspirantes a Asesores para la empresa Movistar. Mandé mi currículum un Miércoles, al otro día me llamaron para decirme que mi primer entrevista era el Sábado de esa semana.

                  Quiero hacer un paréntesis acá para acotar que luego de esa primer entrevista me quedé sin trabajo en el local donde estaba trabajando.

     Salí de la entrevista un poco confundida. Si bien yo sabía como se manejaban las psicólogas que realizan éstas entrevistas, me sentí mucho mejor en ésta entrevista que en las que tuve en la otra empresa.

     El Lunes siguiente me echaron del otro trabajo y quedé a la deriva, pero no por mucho. Esa misma tarde me citaron para los análisis médicos. Los análisis los hice el Martes a la mañana, y por la tarde me confirmaron que el Viernes de esa misma semana iba a firmar el contrato.

     El Lunes 25 de Junio ingresé a la capacitación en Atento para ser Asesora de Movistar. Voy a obviar todo el proceso de capacitación ya que no es tan importante, aunque debo acotar que es impresionante todo el trabajo que lleva hacer una simple verificación. Son muchas cosas las que se deben saber y al mismo tiempo hay que prestar mucha atención a lo que el cliente está gritando comentando.

     Aquí termina esta primer entrada de mi blog. En la siguiente contaré mis primeras experiencias atendiendo llamadas y un par de anécdotas que llego grabadas en la memoria por su contenido insólito.

     "Que tenga buenas tardes, gracias por comunicarse con Movistar"